NI MY WAY ES DE SINATRA NI DOS GARDENIAS DE MACHÍN
No sé si se trata de guionistas y productores perezosos, de presentadores ignorantes o de una conspiración destinada a que los espectadores seamos cada día más incultos. Pero me gustaría saber quién es el responsable de tanta desinformación en los programas de televisión dedicados a la música.
Vaya por delante que los temas de derechos de autor y créditos me ponen muy sensible. Y no hablo de pagos, que esos, en el caso de los compositores, parecen funcionar mejor que en otras áreas de la creación. Hablo, sobre todo, de reconocimiento, en el caso de los autores, y de conocimiento, en el de los oyentes-espectadores.
No hay una vez en la vida en que alguien cante My way en un programa de TV, que no se presente como “una canción de Sinatra”. A ver si nos enteramos: Sinatra no fue compositor ni falta que le hacía. Cantaba como cantaría Dios si Dios cantara, pero antes de ponerse ante un micrófono y abrir la boca, necesitaba que alguien tuviera la inspiración y el talento para hacer la canción. En el caso de My way su deuda es internacional y amplia, porque Paul Anka, el compositor e intérprete canadiense autor de la versión en inglés, lo que hizo fue poner otra letra a un trabajo de tres franceses, Gilles Thibaut, Jacques Revaux y Claude François, que habían escrito, en 1967, Comme d’habitude, popularizada por François. Se dice que cuando Paul Anka escuchó la canción, les compró los derechos para hacer una versión en inglés en la que conservó la melodía de Revaux y François y agregó una letra de su autoría que no tiene nada que ver con la canción francesa. La nueva canción, llamada My Way, fue grabada por Sinatra en 1969, pero ni su versión ha sido la única (Wikipedia recoge 107 nombres de intérpretes en lo que llaman una “lista parcial de artistas que han realizado versiones de la canción”) ni haberla popularizado lo convierte en su autor. Probablemente mucha gente que no conoce a Paul Anka, vivo, en activo y peleón (acaba de ganarle un pleito post mortem a Michael Jackson por la coautoría de This is It, que compusieron juntos en 1983 y Jackson había grabado sin darle crédito) se acercaría a su creación y disfrutaría de ella, si alguien se molestara en mencionarlo cuando suena My Way.
Podría poner un montón de ejemplos. Hace unos años tuve una discusión con una compañera de trabajo en Guadalix que vino a decirme que Dos Gardenias era de Machín. La cantaba Machín, le dije, pero no era suya, su autora se llamaba Isolina Carrillo. Cómo me vas a decir que no es de Machín, insistió. Que no, porfié yo (ventajas de haber tragado mucha radio en Cuba en la infancia, cuando apenas teníamos seis horas de televisión al día), que Machín ni siquiera fue el primero en cantarla. El primero fue Daniel Santos, el puertorriqueño, que la grabó orquestada por Pérez Prado, el “rey del mambo”. Ni por esas: ella seguía anclada en que Dos gardenias era de Machín y no oía razones. Es que Machín no era compositor, le dije, googléalo y verás. Ah, y por cierto, Angelitos Negros tampoco es suya, es un poema del venezolano Andrés Eloy Blanco, al que un mexicano puso música (Manuel Álvarez Maciste, aunque en aquel momento no pude decirle el nombre, porque no lo sabía) y popularizó Pedro Infante. Mi compañera, segura de que yo había perdido la cabeza después de pasar la noche montando el resumen de GH, fue a Google, volvió cinco minutos más tarde y me hizo una pregunta: “¿y entonces por qué aquí toda la vida nos han dicho que Dos Gardenias es de Machín?”
Isolina Carrillo: ella compuso Dos Gardenias.
Sé que generalmente tendemos a regalarle la autoría de las canciones a aquellos que las hacen populares. Sobre todo porque quienes se paran en los escenarios, graban discos y acumulan fans son los que cantan, y como al compositor nadie (a veces ni el mismo intérprete) lo menciona, solemos pensar que la canción “andaba por ahí” o que todo el mérito es del intérprete. A veces una canción se hace tan popular y recorre tantos países y tantas generaciones, que ni siquiera se la adjudicamos a quien la cantó primero o la ha hecho más popular en el mundo, sino a quien la ha hecho popular en nuestro país, en nuestra época o en nuestra lengua. Si preguntáramos por Contigo en la distancia, alguien de la generación de mi madre nos diría que es un bolero de Lucho Gatica, de Pedro Infante o de Olga Guillot, mientras que los más jóvenes nos asegurarían que es una canción de Luis Miguel o de Christina Aguilera y algún brasileño terciaría para atribuírsela a Caetano Veloso. Pues ninguno tendría razón, porque esa canción, uno de los grandes boleros de la historia, es de César Portillo de la Luz, un habanero de 90 años a quien escuché cantarla más de una vez, que aún se mantiene activo con su guitarra en brazos, y que fue, junto a otros compositores de su época, uno de los creadores del feeling, esa manera cubana de cantar boleros con influencia armónica del jazz, que ha pasado de generación en generación y a la que Pablito Milanés ha rendido homenaje en seis álbumes, desde Feeling, en 1981 hasta Feeling 6, en 2008.
Entiendo que la mayoría de las veces no nos importa quién ha compuesto una canción por mucho que nos guste. Pero de ahí a que un programa de música no solo se reserve el dato de la autoría sino que hasta se permita el disparate de atribuir la canción a otro, va un largo trecho. ¿Necesita un intérprete que, además de su trabajo como cantante, se le reconozca por algo que no es suyo? ¿De verdad cuesta tanto informarse un poquito antes de regalarle al Cigala, que no lo necesita, la autoría de Lágrimas negras? Y conste que el ejemplo no me lo estoy sacando de la manga, porque ya en su día, en una gala de Operación Triunfo, tuve que oír como Jesús Vázquez decía que Lágrimas Negras, una canción que estoy escuchando desde que tengo uso de razón, era “la canción de El Cigala”. Os tengo una mala noticia compañeros: Lágrimas Negras es una canción de Miguel Matamoros, se escribió en 1929 para ser interpretada por el Trío Matamoros, está considerada el primer bolero-son de la historia, la han cantado, entre otros muchos, Celia Cruz, Cesaria Évora, Compay Segundo y todos los cubanos que hemos cogido alguna borrachera en los últimos 83 años, y ya llevaba 74 años sonando cuando Diego el Cigala hizo su versión en 2003. Y esto no lo digo con la intención de restar méritos al intérprete (que su versión me gusta y me emociona) sino con el dolor de ver cómo se despoja de todo el mérito a quien compuso la canción y se priva al espectador de un dato que podría estimularlo y conducirlo a búsquedas que al final terminarían por enriquecer su cultura musical.
Hace unos días, en la gala del 5 de diciembre de La Voz, uno de los concursantes iba a cantar Piano Man, una canción que fue un éxito en 1973, está considerada una “de las más memorables canciones del rock en piano”, dio título al disco del que formaba parte, se ha seguido versionando y cantando durante 29 años y tiene hasta su propia página en Wikipedia (en realidad dos: en español y en inglés). El presentador del programa, sin despeinarse, la anunció como “la canción de Ana Belén de toda la vida, vamos”. ¿En serio? ¿Y Ana Belén es compositora? Es que ni a Víctor Manuel, que hizo la versión en español de la canción, le tocó nada. ¿De verdad cuesta tanto decir “de Billy Joel popularizada en España por Ana Belén”? ¿O es que los guionistas y los productores del programa no tienen ni un simple ordenador con conexión a Google? Y el presentador ¿no sabe que eso es un disparate? ¿O lo sabe y repite lo que le escriben sin más? ¿O es, como dije antes, una conspiración para hacernos a todos más incultos?
Por esas cosas de la vida, justo al día siguiente, en Pasapalabra, un programa que no me pierdo, uno de los roscos tenía la siguiente pregunta: “Con la J: Apellido del compositor de Piano Man”. Lo único que acerté a pensar fue: menos mal que esto estaba grabado, porque si el concursante vio La Voz anoche, va a volverse loco intentando encajar “Belén” en la “J”. Por cierto, no consiguió responder la pregunta ni en la segunda vuelta. Pobre, seguramente es seguidor de los programas musicales de nuestra televisión.
Dedicado a mis queridos Bibiana Berná y Camilo Hernández, que no se conocen entre ellos, pero se cabrean con la misma intensidad que yo a causa de esto.
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No tiene que ver mucho o nada con el tema de tu blog pero me gusta dejarte algo aunque no se relacione.
Verás esto se lo acabo de dejar en el blog de nuestra MM, sin animo de que se sienta mal, es mas sencillo, recibo llamada de una amiga y me siento mal al oir su relato y como escribir es mi varvula de escape, pues lo hago. gracias Gilda, te lo copio:::
«Hay Marías que son actuales, que aun están con nosotros y que quizás algún día por alguna buena obra suya tenga reconocimiento en la posteridad……
Es una María muy trabajadora y que intenta que su humildad siempre le abra paso a los corazones de los demás y poder conquistarlos. Al mio lo ha conseguido….no he podido evitar cogerle cariño a esta María.
Es campechana y muy solidaria, intenta adaptarse siempre a su entorno el cual le condiciona, evita que los demás sufran cambios que la hagan destacar tanto, como para buscarse envidias y enemigos.
Así es una de las partes importantes de María de la cual tengo aprecio. Su mas destacada habilidad es el humor, la risa de los demás es su alimento principal y no sabe vivir sin el.
Es una María de las que madrugan cada mañana y se lanzan a la aventura de trabajar un montón de horas…..una curranta de las buenas que sabe que solo con su esfuerzo y dedicación puede salir adelante….
Pues mi chica María tiene un alma muy sensible….se le daña con facilidad con indiferencias y malas caras. Ella evita que se le note pero luego lo sufre y le quema el alma….
Tiene algo Mercedes Milá que os une, la pasión por GH y sus ganas de pertenecer al grupo privilegiado que ha disfrutado de la casa de Guadalix.
Hay algo que la diferencia, no es una mujer explosiva con pechotes que ocupan todo el objetivo de las cámaras, tampoco es de las MYHYV que llenan de escotazos y muslamen las mañanas de telecinco…. es una chica que su atractivo solo lo ves cuando tratas con ella y notas que su alma solo requiere un poco de bondad y cariño para sentirse feliz…eso al final lo trasmite y te embauca de tal forma que ya necesitas de ella. Pues eso es lo que ha perdido este GH14 si la deja escapar…
Era su ilusión presentarse al casting y la llamaron para este GH14….lleva tanto mundo recorrido que sabe perfectamente que sus posibilidades son escasas, difícil que suene la flauta, en televisión tienes que ser agradecida con la cámara y ella es una mujer normal que solo da lo que lleva, ella misma y sus ilusiones de triunfar y ser querida.
Como te he dicho antes duquesita, hay personas que no las hundes con nada, ni insultos, ni intentado humillarlas…ni una patada en su web…las derrota, y sabes porqué?….porque existen muchas personas que son depredadoras en esta sociedad y aguantan lo que sea con tal de subir peldaños y ganar dinero, no les importa la moralidad ni el daño que puedan causar a otros, si tienen que aguantar pu.tadas no importa.
Pero María no es así, no esta acostumbrada a la humillación ni a sentir que la persona que se pone delante de ella y que según parece tiene que valorarla no le haga ni el mas mínimo caso. Dos minutos escasos y una sola pregunta fue lo que ha valorado toda una vida entregada a este mundo y encima esa persona que ni merece darte datos que los tengo no tuvo la decencia de mirarla por unos segundos a la cara….estaba muy entretenida con su móvil, supongo que en twitter o en su facebook mirando cuantos “me gusta” tenia ese día.
A cualquiera se le cae el mundo encima ademas de quedarte cara de idiota si te tratan así. Se supone que son gente cualificada los que hacen el casting, deben de tener en cuenta que pueden dejar dañada a mucha gente si tienen una actitud despectiva…..si con un poco muy poco esfuerzo puedes conseguir que abandonen el casting con esperanza y un buen sabor de boca….
Pues así habéis dejado a mi María, con una desilusión total, no solo por no ser elegida para continuar en un segundo casting (el hecho de estar y ser llamada ya la hacia feliz, ella quiere seguir viendo GH, solo deseaba saber si la aceptaban o no) pero nunca imaginaba que sentada en esa silla fuera tan invisible que no merecía ni diez segundos de la mirada de la persona que tenia parte de su posible futuro en sus manos.
Lo que mas duele es que esa persona que le hizo el casting puso mas empeño y mejor cara a su cigarrillo que duró diez minutos en la puerta del hotel….
Quizás María se equivocó y tenia que haber ido vestida de cajetilla de tabaco malboro o ducados rubio….por lo menos la hubiesen mirado a la cara por si era fumable…»
Buenas noches.
Es que en España , además de no tener memoria y también por ello, nos hemos vuelto muy , muy, ignorantes e incult@s, y que cada cuál aguante su vela , como benamente pueda…gracias Gilda , no sabía de quien era la cación pero lo que dices sobre Machín : era un intérprete, no compositor, lo que ni quita ni pone meritos, pero aquí, también somos meritori@s y que sigamos aguantando velas propias…
Mil gracias querida Gilda, a mí tanta falta de respeto a los autores, me enferma. Y más, si se trata de un programa musical. ¿Tan poco saben de música?, y si es así, ¿tanto les cuesta informarse?
Tienes toda la razón; el reconociemiento a los compositores se limita a cobrar los derechos y royalties, y las flores se las llevan los intérpretes.
Muy buena crítica Gilda.
Magistral. Además diría que «El hombre del piano» no es de Ana Belén. Escuché muchas veces en «La Voz» que se afirmaba éso pero muchos recordamos que quien la cantó fue Billy Joel. Desconozco si antes que Billy Joel, la interpretaba alguien más pero sí que estoy convencida que no ha sido Ana Belén la primera.
Me ha encantado el artículo. Siempre es bueno saber más y sobre todo, sacarse de la cabeza los «fail» que se nos van metiendo por dar por hecho lo que los demás afirman sin conocimiento quizá pero como convencimiento y terminan por hacernos creer que lo que dicen es lo que es.
Gracias guapa y me alegro que tu blog esté más activo ahora. ♥
La canción es de Billy Joel, Jazmín. Nadie la cantó antes que él. De hecho se dice que es una canción autobiográfica referida a sus años como cantante de salón. O sea, él la compuso y la grabó, y es la que da título a su segundo album y se ha mantenido siempre en su repertorio de conciertos.